Julio rozo

Escribir esta columna es una especie de terapia que me relaja y me saca del “modo coronavirus” en el que nos encontramos todos ahora. Escribir para mí es una bendición.

Desde el momento en el que afronté la primera crisis económica en mi vida, como empresario del sector de turismo, adopté el hábito de la escritura como fuga para desahogarme, recargarme de energía y organizar mis ideas. Hoy, en medio de esta coyuntura de cuarentena, hago de este hábito mi mejor aliado para repensarme como emprendedor. 

Quiero compartir por medio de este texto algunas ideas que varios de mis colegas del sector me han ayudado a recopilar, con el fin de encontrar en esta situación una oportunidad para repensarnos, fortalecernos y prepararnos para el momento en el cual regresen los turistas. 

Los puentes del turismo sostenible en Caquetá

Mantén muy arriba la motivación 

Este es el primer y más importante aspecto de todos los que debemos considerar ahora, además de no salir de nuestras casas. Es normal y totalmente comprensible que los miles de personas que hacemos parte del sector del turismo sintamos angustia e incertidumbre por la situación actual. De un momento a otro dejaron de llegar los turistas, todo está cerrado y nada opera. Seguramente estas son algunas de las preguntas que rondan sus cabezas y para las cuales ninguno de nosotros ha encontrado respuestas: ¿Qué pasará si me quedo sin trabajo?¿cómo haré para mantener el crédito en el que me metí?¿cuánto tiempo durará la crisis? 

Estas preguntas terminan siendo motivo de discusión entre familiares, colegas y amigos. Lo sé, me las hice todo el tiempo hasta hace algunas horas. Quince días atrás comencé con la construcción de una maloka en mi proyecto de turismo académico “Amazonía Emprendedora” en Caquetá, pensando en dos oportunidades comerciales que ahora quedaron en pausa y, hasta hace un momento, la incertidumbre por el futuro se reflejaba en mi estado de ánimo y en mi mal humor. Entonces volví a mi hobby, escribir, como refugio para ausentarme de la angustia. El resultado de ello es esta columna. 

Es aquí cuando ratifico que el principal activo de un emprendedor, o de alguien que trabaja en un sector como el de turismo, no es la infraestructura de su hotel, tampoco lo es su título profesional, la inversión en la que se metió, o las alianzas comerciales que haya establecido. ¡No, nada de eso! su principal activo es el buen estado de ánimo. De esta reflexión surge mi primera recomendación, que no solo aplica para este momento de choque sino para el continuo desarrollo de su ejercicio laboral: ocúpese en mantener su cabeza distraída y con ello, sus emociones arriba. Eso significa una serie de cosas, como: busque refugio en sus hobbies (para mí es escribir, para usted puede ser cocinar, cantar o bailar, ¡sáquele el jugo a esta cuarentena que tiempo es lo que tiene!); dele bote a su pensamiento para que sus discursos y narrativas cambien. Si su discurso se enfoca en el pesimismo y el lamento (“¡me voy a quedar sin trabajo!”), perderá tiempo y energía para enfocarse en hacerle frente a la situación desde un enfoque estratégico y orientado hacia el fortalecimiento. 

Las tendencias de consumo cambiarán en el sector del turismo

En los últimos días he visto una serie de posts y noticias que reportan la llegada de delfines a la bahía de Cartagena, o las imágenes del zorro que bajó a un barrio bogotano, extrañado porque no había gente ni carros circulando por ahí. No sé si estas fotos son verdaderas o falsas. Así sean montajes, para mí queda algo claro que trasciende la veracidad de las imágenes: lo que se está viviendo hoy, es la suma de efectos generados en nuestro entorno natural, y eso es irrefutable. Definitivamente, la naturaleza nos está diciendo algo a gritos en medio de esta pandemia. Es hora de repensarnos como humanos, emprendedores y profesionales. Esto significará cambios para el sector del turismo en todo el mundo.

Andrés Álvarez, de @bogotapass me lo dijo de otra manera: “Este es el momento para anticiparnos a las tendencias que se avecinan”. El mundo no será igual luego de haber superado al coronavirus, y tampoco lo serán los turistas en ejercicio de sus prioridades, preferencias y hábitos de consumo. La regeneración de nuestros ecosistemas y la sostenibilidad serán, créanlo o no, la tendencia que marcará el destino de la economía y el del sector turístico. 

Decir que somos ambientalmente amigables en nuestro sector, porque estamos cumpliendo una norma técnica o midiendo la huella de carbono de nuestros procesos, es igual a decir que una mamá es responsable porque le da de comer a su hijo. Ese tipo de acciones serán, a partir de esta situación que afrontamos, lo mínimo que se debe hacer para obtener la licencia social y poder operar en el sector. La ciudadanía y los turistas están aumentando su nivel de conciencia ambiental. Serán más críticos, objetivos, selectivos y exigentes con los operadores turísticos. Elegirán a aquellos destinos que hagan más por regenerar y conservar los ecosistemas y cuidar el medio ambiente. En palabras de la analogía previamente utilizada, no se trata de alimentar y vestir al hijo, se trata de dedicarle tiempo, tolerar sus errores y apoyarlo para que logre ser una mejor persona en este nuevo mundo que ya estamos conociendo. En resumen, se trata de hacer del turismo un instrumento de conservación.

Ante esta situación, concluyo resaltando aquello que sugiere Andrés: “evalúe a la futura generación de turistas y revise su oferta de valor”. Y hora en mis palabras: “que su oferta de valor sea, además de cumplir con una experiencia inolvidable para el turista, una oportunidad para que éste contribuya a cuidar nuestro entorno natural”.

La unión hace la fuerza 

Me gustó lo que me dijo Natalia Jiménez, colega de Esencialmente Destinos, ”no somos seres aislados, nos necesitamos”. Es tan importante fortalecer nuestra propia operación, como fortalecernos como sector. La semana pasada, antes de que se declarara la cuarentena, nos reunimos algunos de los prestadores de servicios y productos de turismo de naturaleza que operamos en Florencia-Caquetá. Algo quedó claro de esa reunión: “Tenemos dos opciones: o nos unimos como equipo, o nos desvanecemos”. Este tiempo, señoras y señores, es para aprovecharlo y fortalecernos como sector. Por ejemplo, los invito a que lideren una conferencia a través de Skype con los restaurantes, guías, hoteles, artesanos y representantes de la institucionalidad que operan en su destino. Además de animarse mutuamente, hablen sobre cómo pueden articularse mejor, compartan sus logros y también las embarradas, y acompáñense en el proceso de mejorar su oferta de valor. 

Y en esas conversaciones entre colegas no olviden que lo que más cuenta es la experiencia del turista. Recuerde que el turista regresará a su casa y juzgará la experiencia como un todo. En muy pocos casos será específico en los detalles o aspectos que vivió. Así, si le fue bien con la alimentación, tenderá a decir: “en Bucaramanga se come bueno”, o “la gente de Popayán es muy amable”. Por el contrario, si tuvo una mala experiencia con algo o con alguien dirá: “Eh, allá la gente es muy malacarosa”. En otras palabras, la generalización es la madre de la valoración de una experiencia de turismo. En ese orden de ideas, sea el mejor en el rol que decidió asumir como oferente de algún servicio turístico, pero ayúdele, apórtele y retroalimente al colega que cumple otra función y ofrece otro producto o servicio complementario al suyo. Piense que la experiencia del turista es una sola y, por lo tanto, todos los empresarios deberían funcionar como relojitos en función de eso. 

Confíe, porque usted no está solo

A comienzo de año tuve la fortuna de conocer y hacer parte de un grupo de colegas de nuestro sector. Más de 40 expertas y expertos en todos los temas que inciden en el éxito de nuestras empresas en el sector del turismo. Nos reunió Procolombia en el marco de una estrategia audaz llamada “Ruta Exportadora 2020”, con el objetivo de transferir herramientas e información a miles de empresas y profesionales de nuestro gremio en todo el país, sobre tendencias y oportunidades para ser más competitivos e innovadores en el sector. ¡Todos aceptamos el reto y nos pusimos la camiseta! Ahora, más que nunca, debemos prepararnos y mirar hacia adelante. Esta estrategia, en la cual podemos participar todos, es un instrumento para hacerlo. 

El mundo cambió y las dinámicas del turismo también lo harán. Es por ello que debemos seguir capacitándonos y preparándonos. Estén atentos porque pronto conocerán las cápsulas que La Ruta está desarrollando con mis colegas para compartir mensajes y herramientas que nos sirven a todos para estar listos desde ya ante la llegada de los turistas (las conocerán en mis próximas columnas). Estén atento porque escucharán sobre la llegada de la Ruta a sus municipios, ciudades y departamentos y verán que recorrerla con nosotros será una oportunidad para seguir creciendo juntos, como equipo, y con ello darle fuerza y dinamismo a esta linda profesión que elegimos ejercer. 

Una antesala a la siguiente columna y mensaje para la cuarentena

Hoy en día los expertos nos invitan a utilizar esta coyuntura para reinventarnos: ¿Qué significa esto?; ¿cómo hacerlo y por dónde empezar? Pues bien, mis colegas de la Ruta me ayudarán a responderlo y yo se los compartiré en una siguiente columna. 

Antes de finalizar quiero invitarlos a seguir aprendiendo y capacitándose. Aprovechen este tiempo para hacer algún curso online, asistir a webinars o leer sobre alguna temática que sea de su interés. Como aporte para afrontar de manera positiva esta coyuntura, quiero obsequiarles el libro que escribí en 2015, como catarsis a una crisis económica que enfrenté en ese momento: 30 cosas sobre emprendimiento que nadie me enseñó en la universidad, seguro los distraerá en las horas de encierro, y les ayudará a conocer los aciertos y errores que he cometido como emprendedor en el sector del turismo. Descárguelo gratis aquí.  

P.D.: agradecimientos a Julie que me ha aguantado en esta cuarentena y con quien me he subido dos kilos en esta primera semana de encierro.

¡Hasta el próximo jueves!